29 junio, 2014

DECÁLOGO DE LAS TRIZAS (III): LA LUZ (TU BOCA)

Me encanta esa boca tuya
cuando dice alguna tontería
y te redescubro
mucho más allá del río
en esos tontos afluentes
donde el agua esclarece
la desnudez de nuestros días.

Me encanta esa mueca loca
que ríe y hace que sonría
cuando no lo dudo y huyo,
en tu locura independiente,
hacia un mar sin travesías.

Me encanta esa mueca torcida,
con surcos del transcurso
de trescientos ahoras en la vida...

...Sin un antes ni un después,
pues se encuentran en la piel
como un Te Deseo dentro de tu ()
entre el cielo y saliva.

Me encanta lo que dices,
cómo sueñas y te inventas;
la rabia ante los golpes,
la alegría en las revueltas.

Tu alma ante el silencio
y la guerra entre tus piernas.

Me encanta la paz que hay
cuando el mundo nos despierta,
dibujarte el sabor del café
sin pincel, pintura ni paleta
en la casa sin paredes
de las flores sin maceta.

ARROBO

Arrobo juega cada día su propio ahorcado
entre un montón de tecnología
con y sin cable que él mismo ha comprado
para un revival adaptable
a las nuevas leyes del salvaje  mercado.

Se enreda fácilmente
con lo que da de sí su ratón
router, cargador y móvil,
PC, cámara con vibrador
y kilómetros de hipertensión.

Es un hombre de filtros,
según confiesa en su Instagram,
y siempre se siente exiguo
sin una nueva memez para mostrar.

Arrobo repite los manidos argumentos
que escucha en la radio;
es el mismo borderline sin conocimiento
con algo más de vocabulario.

Muy dado a la sobreinformación oficial,
dice saber de todo
y es el perfecto artista multidisciplinar,
a la hora de hacer fotos, 
grabar, escribir, pintar y pseudocriticar;
vive más extramotivado
que TVE retransmitiendo desde la Casa Real.

Fiel creador de la vil profesión
de reinterpretar al camaleón
en el guión que escribe su mente.

Con lengua de serpiente
y humildad de ególatra frustrado
te da educadamente una mano
y con la otra dibuja su traición.

Él, que se comía las pollas dobladas
y a sus "inferiores" torturaba
cuando todo iba mucho mejor,
ahora también las engulle
deja fluir e incluso a veces traga
y finge que nunca hizo nada
mientras protesta con perfecta dicción.

Arrobo saborea bellos púbicos
representando la opinión pública
con su ridiculación coyuntural
del eterno impune,
que lee su necrológica un viernes
para verla olvidada al siguiente lunes.

Cree todo es como la Transición española,
que se olvida todo lo que hiciste
si te conviertes en un "tweepster"
y respaldas por Internet tu fe impostora.

Anarcomunazi y también de centro,
todos podemos identificarle
menos él mismo, que lo lleva dentro.

24 junio, 2014

ESCLARECIDOS

Érase una blanca noche
sin inviernos ni ruido
de hielos en vasos llenos
de mentiras con veneno;
claro en los adentros
de repente esclarecidos.

Me rozaban los silbidos
del silencio hecho de ecos;
uno por cada suspiro.

Siguen por ahí despiertos,
en la duermevela
de su larga brevedad;
recordando que el olvido
también puede no llegar
pero esta memoria nuestra,
igual que duele
nos sonríe sin decir más..

Letras en barcos de corcho
y notas metidas en botellas
que (ahora) y (ahora)
(siempre ahora) lanzamos al mar;
sin pensar si alguien sube,
sin pensar si alguien lee
o alcanza a escuchar.

Todo aquello que (ahora) sientes
qué coño importa a dónde va.

03 junio, 2014

SIN DARTE CUENTA

Te vi llorar y no sabía
cómo llegar hasta tus mejillas 
para servirte, una sola vez, de paraguas;
desconsolada me decías
que no veías esas estrellas
y hasta tu vieja alegría te incordiaba.

Bajo un pañuelo hablabas
sobre la forma en que te mentías
sin darte cuenta de casi nada.

Y yo hablando pero sabiendo
que cuando descarga el desamor
la tormenta ha de pasar,
que mientras tanto ni luna ni sol
iluminan la sed del tiempo
que nos alienta incluso la soledad
y carcajadas hace del silencio.

Por tí, 
de misma sangre y mismos miedos,
intento aprender a no ayudarte
a convertir baldosas en agujeros.

Aunque me inunde la rabia
y vea en mi puño un tentadero,
prometo siempre decirte
desde mi boca hecha de hielo
que mañana serás como ayer fuiste,
nube esquiva y sol sincero,
que cuando quiere moja su valle
y ve en la sombra una oportunidad
para volver a ser mi cielo.

01 junio, 2014

TU BODA

Yo no estaré el día de tu boda,
me faltarán nuestro propio altar,
365 rosarios y un calendario
con hojas aún por pasar.

Dirás que me he olvidado de tí
y nunca reconoceré lo contrario,
mientras invoco las lluvias de abril
y se empapa un viejo glosario
que escribimos sin tinta de fingir.

Te veré en cualquier parque
paseando con ellos
pero no te diré que yo fuí
tan amante como padre
en tu almohada anti-miedos
y la cuna que no nos dejó dormir.

Evitaré un saludo innecesario,
por no decirte que tú fuiste
atracción de latidos y despistes
en el columpio de mis labios.

Aunque volvamos a mirarnos
evitaré sentirme un adversario
de tus roidos recuerdos
y mi incompleto vocabulario.

Tan hecho silencio por tí
y de versos sin abecedarios
que igual que atraviesa mi piel
se queda dentro, tan adentro
que tengo un músculo mar
y olas sin playa ni acantilados.

DECÁLOGO DE LO (A)SOCIAL (II): BESTIAS

Qué razones tienen las bestias
para hoy decirme "Ya basta",
tras tanto invierno en sus dientes
masticándome la inocencia,
engullendo sanas esperanzas.

Sólo puedo ser desobediente
y quitarme esa vieja rabia,
las espinas de aquella flor
que otros no vieron y cuyo olor
me hace sonreir, ajeno al temor,
y ni de penas se me contagia.

Hoy sólo quiero envolver los dramas
y agitar la caja que te entregue
para que al abrirla veas
cómo todo se convierte en nada;
que el tiempo es una herida leve
bajo saliva cicatrizada.

DECÁLOGO DE LO (A)SOCIAL (I): Autómatas

Menudo teatro de autómatas 
invadiendo las avenidas, 
casi chocándose sin mirarse 
en su ciego objetivo 
de llegar cuanto antes arriba. 

Apenas sonríen 

si no es ante el espejo 
o entre las zarpas de su jefe 
por quien se dejan el pellejo, 
aplaudiéndole sus trece, 
sin pensar en el humillante atajo 
que le brindan sus complejos. 

Apenas se preguntan 

cómo son, qué coño hacen, 
por qué han cambiado; 
gastan la pausa para el café 
pensando cómo mudar la piel 
para sentirse menos viejos. 

Y de repente un día 

no recuerdan quiénes eran, 
lo que querían, 
y la verdad les dibuja de otra manera, 
justificando una distopía 
mientras la frustración les envenena 
y apartan a los que sueñan 
lo que ellos solían. 

Cuando no eran autómatas, 

y tenían su propio manual 
lleno de sinceras dudas, 
algunos honestos valores, 
naturaleza en sus errores 
y resueltas alegrías.