05 julio, 2016

VICIO, TRICIO Y DESQUICIO

Empezó a llover en pleno mayo,
yo era entonces pura inquietud bajo su luz;
alegría y renovado reflejo,
como si pudiese interpretar cualquier huella
y sus dedos tuvieran ojos.

Empezó a diluviar sobre la lluvia,
yo pensando en pactar 
la forma de no cerrar el grifo,

preguntándome, respondiendo

¿Qué sería de nosotros
si cuando parece terminar
volviésemos al inicio?

Hay preguntas que sacan de quicio,
y dentro del suyo se está tan bien...

Mientras nos secábamos y mirábamos
su todo era un solo
dentro del imaginario, mutuo precipicio.

Una vergüenza, rendida, se suicidaba entonces,
y mi memoría retenía el dolmen
para volverse pulmón, veleidad resumida en suspiros.

Si hoy me transcribo
diluvia sobre la lluvia aun cuando reinicio;
lo tuve que titular
y no hubo acuerdo alguno: Vicio, tricio y desquicio.

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