05 agosto, 2016

AMARGOLOGÍA (I): AD HOMINEM

Intento no criticar ad hominem
pero ahora es tan fiel a tí tu rastro que no capto
atisbo alguno de otra forma de ser;

les dije "nostálgicos, más vale que rebobinen
si quieren volverle a ver
como era antes de aquel puto baile de máscaras
donde su cara se hizo cáscara"

¿Lo tuyo fue un suicidio o un crimen?

Ni te despediste de tí mismo antes de irte;
sentí el luto sobre la piedra, una gran bolsa negra,
no dejó ni polvo la escoba y nunca pensé
qué fueses tan fácil como para poderte barrer.

¿A cuánto te vendiste?
Tú que decías que ni una bandera
tejida de costa a costa por las carteras
donde se corre el poder.

¿Dónde lo escondes ahora?
Ese gesto tan tuyo que ya ni puede tu nueva cara,
solo una sonrisa bárbara
detrás del foco, el falso abrazo, la alambrada.

Todos sabemos que Nada,
que por dentro no puedes ser feliz como eras entonces;
pero hay quien aún te recuerda y te conoce
con el triste odio que se reservan el amor y la rabia.

Aún existe quien le quiere y le ama,
a ese Yo tuyo del vertedero que ya ni huele la luz

Allí suben muchos pisando cadáveres
para ser mentiras exactamente iguales que tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario